Para que la Constitución pueda efectivamente mejorar la experiencia de vida de las mujeres, creemos que es fundamental lograr la equidad de género desde la niñez a través de la educación. Por lo mismo creemos que necesitamos crear espacios y también proyectos para prevenir la violencia de género, disminuir las desigualdades a través de, por un lado, el desarrollo socio-emocional, y por otro, la salud mental obviamente desde una perspectiva de género a través de lo largo de las distintas etapas de la niñez y adolescencia. Y así mismo creemos que entonces la Constitución debe marcar un precedente en profundizar de manera colectiva el pensamiento crítico sobre las desigualdades de género y así garantizar que seamos capaces de entregar una educación que sea libre de violencias y que permita al desarrollo pleno de la niñez. De igual modo creemos que estamos en un contexto en el que podemos pensar un modelo educativo distinto, un modelo no sexista, que implica aventurarnos a construir una forma distinta de entender y responsabilizarnos de cuestionar, de eliminar las violencias, las desigualdades dentro del espacio educativo. De esta forma podemos generar una educación que sea transformadora, que sea libre de discriminaciones.
Podemos también, creemos, pensar en la educación en la Constitución de una manera socio-emocional que ponga en el centro la posibilidad de desarrollarnos de manera integral, de pensar en nuestro bienestar emocional, y pensar cómo nos podemos vincular y desenvolvernos de una forma distinta, colaborativa, sorora entre los distintos factores de la sociedad. Entonces, como Fundación Niñas Valientes, ya venimos trabajando durante varios años en romper estos paradigmas, en romper y entender que la educación requieren de una nueva construcción, requiere de un modelo que permita garantizar una vida libre de violencias para todos, todas y todes. Creemos que si pensamos en una sociedad más justa en todes quienes habitamos en esta sociedad, tenemos que pensar en un modelo que derribe estereotipos de género, como por ejemplo el proyecto que nos están planteando el de las Señoras Juanitas. Entonces esta nueva Constitución debe poner también en el centro los cuidados, garantizar la posibilidad de educar y de criar en equidad de género, y obviamente reevaluar los sistemas de cuidado, dándole el valor social y el valor económico que estos tienen.
Por último, me gustaría decir que soñamos con seguir creciendo, soñamos con aportar a esta transformación social. Creemos que este momento histórico en el que estamos redactando una nueva Constitución debiera generar instancias en las que de manera colectiva repensemos cómo queremos que el modelo educativo sea, cómo queremos incorporar nuevas miradas, y cómo, entre todos, todas y todes, podemos aportar a que la niñez y la adolescencia vivan en espacios que no les violenten y vivan en espacios que les permitan su desarrollo pleno.